Con tan sólo unas pinceladas esbozando miradas, tocados y ropa, la artista elabora un retrato con humor de esta pareja mexicana con su bebé, sentados el uno junto al otro, como si fuesen uno sólo.
La ausencia de la boca de la mujer, en oposición al bigote del hombre, denuncia como si de una caricatura se tratase la aparente ausencia de voz de la mujer, como lo sugiere el título elegido para este pequeño lienzo.
Cuatro años después de su viaje en 1973, las imágenes de los pueblos de Centroamérica siempre son una fuente de inspiración para la artista.