Con una caligrafía rápida y con unos toques de color, la artista nos hace revivir una escena íntima de un dúo de mujeres guatemaltecas en cuclillas en el suelo, una amamantando a su hijo, vista de perfil a la izquierda del lienzo, y la otra con la cabeza inclinada concentrada en una ocupación manual, a la derecha.
Siempre con su cabello negro en trenzas y atuendos coloridos, las dos mujeres están pintadas con los ojos cerrados. La lactancia materna del niño, tratada en la misma dinámica de colores y formas, se adivina poco a poco en el centro del lienzo.
Más allá de la simbiosis madre-hijo, es todo un mundo maya con su cultura de vida llevada por mujeres lo que el artista celebra en toda su serie de pinturas dedicadas a Centroamérica.