En una atmósfera de tarde lluviosa, un tramo de acera parisina con, de izquierda a derecha, una columna Morris, una farola negra encendida elevándose en primer plano y la entrada iluminada de una boca de metro al fondo. Los transeúntes deambulan bajo los paraguas. Las hojas doradas de una arboleda se pueden vislumbrar detrás de la farola.
La vista de París es la del parque Boucicaut frente al Bon Marché en la estación de metro Sèvres-Babylone en el VI Distrito de París.
La visión de la artista, todo en vibraciones luminosas con una paleta dominante de amarillos y rosas anaranjados, nos sitúa en una atmósfera de neblina luminosa y envolvente en la que sólo las aureolas amarillas de las dos luces logran traspasar.
La estructura de la farola es el único elemento estable, el resto de los elementos (columna Morris, asfalto del suelo, transeúntes) parecen espejismos sólo detectables por los destellos luminosos que envían.