El tamaño reducido de este pequeño desnudo femenino no supuso ningún impedimento para la artista, que plasmó magníficamente la bella luminosidad de un cuerpo desnudo con cabellos rubios. Medio sentada, rostro de tres cuartos, la mujer coloca su frente en su antebrazo izquierdo situado en el respaldo. Su cuerpo está posicionado entre una cortina de colores fríos, a la derecha, y una prenda (u otra cortina) de colores cálidos, todo ello sobre un fondo violáceo carmesí.
Aunque la modelo desnuda esconda su rostro, la artista nos deja adivinar el rojo de pudor, y su brazo levantado nos deja ver un joven pecho desnudo.
Con pinceladas que van del amarillo ocre al amarillo claro, la artista modela con su pincel los volúmenes del cuerpo y lo somete a una luz frontal, con algunas pinceladas oscuras para enfatizar la forma del cuerpo.
El lienzo está construido en vertical (cuerpo, rayas, pliegues de las telas, muslo izquierdo). Surgen algunos oblicuos: el del muslo derecho, el del peinado rubio y el del antebrazo izquierdo de la modelo.
La construcción de la pintura está basado en un cuerpo separando los colores fríos a la derecha, de los cálidos a la izquierda. A pesar de ello, los encontramos directamente yuxtapuestos en la parte inferior del lienzo (azul puro y rojo vivo bajo el muslo derecho de la modelo).
Pintado en una dinámica de gestos comedidos, este hermoso desnudo desprende un gran pudor a pesar de una completa desnudez.